HIERÁTICOS

¿Pero cómo no va a estar agarrotada esta adorable parejita si lleva 25.000 años incrustada en una cueva? Invierno tras invierno, helada tras helada, siempre en el mismo sitio, petrificada. Y, además, ¡sin ver nada! ¿Y si la trasladamos a un Maxi pendiente para que recupere la libertad? Y pueda mirarse otra vez a los ojos y exponerse a la luz del sol. Y se entere también de cómo le fue a sus descendientes después que la pintaran… Aunque no vaya a entender nada, claro. Pero al menos así estirará las piernas, se moverá un poco, desentumecerá las articulaciones -que las humedades ahí dentro son muy malas- y puede que hasta se arranque con algún baile ancestral. ¿Qué? ¿La liberamos?