Comprar en papiroga es fácil: selecciona el accesorio que te guste y añádelo a tu cesta. A partir de aquí, puedes seguir navegando o comprarlo dándole simplemente al botón de “Finalizar compra”.
Si has elegido “Finalizar compra”, deberás rellenar tus datos: si ya te has registrado previamente, bastará con tu email y tu contraseña. Si no, te pediremos algunos campos más.
Una vez hayas completado esta información, sólo tendrás que introducir los datos de tu tarjeta gracias a la cómoda y segura plataforma Stripe.
Finalmente, confirma tu compra y recibirás un email en tu bandeja de entrada con todos los detalles.
Si tienes dudas, escríbenos a hello@papiroga.com y te responderemos lo antes posible.
En papiroga tenemos vocación universal y queremos hacerte llegar nuestros accesorios allí donde estés. No obstante, hay países que nos lo ponen más fácil que otros y que están más o menos lejos de nuestros almacenes, situados en Madrid. Si eres un esquimal de la tribu de los Inuit y quieres asistir con uno de nuestros collares a la fiesta anual de los Yupik, no te preocupes, te lo haremos llegar: eso sí, un poco más tarde de lo habitual y con la sonrisa congelada.
Países que nos lo ponen más fácil:
Todos los pertenecientes a la UE, ya tengan una prima de riesgo alta o baja.
Países no pertenecientes a la UE, ya tengan un capítulo pequeño o grande en la Historia de Europa: Croacia, Islandia, Montenegro, Turquía, Albania, Andorra, Armenia, Bosnia y Herzegovina, alguno de los 7 habitantes de Liechtenstein, Noruega, los 3 habitantes de San Marino, Suiza y todos aquellos audaces monegascos que quieran experimentar cómo es pasar un día sin un Cartier.
Los Estados Unidos de América, ya vivas en New York o Nebraska.
LATAM y Brasil, por supuesto.
Países que no nos lo ponen tan fácil:
Arabia Saudita, Argelia, Armenia, Australia, Bahamas, Baréin, Bangladesh, Barbados, Belice, Bermudas, Birmania, Botsuana, Brunéi, Bután, Cabo Verde, Islas Caimán (con factura), Camboya, Camerún, Canadá, Catar, Chad, China, Islas Cocos, República del Congo, Islas Cook, Corea del Sur, Costa de Marfil, Dominica, Egipto, Emiratos Árabes, Islas Feroe, Filipinas, Fiyi, Gabón, Gibraltar, Granada (la de las Antillas), Hong Kong, India, Israel, Jamaica, Japón, Jordania, Laos, Libia, Madagascar, Malasia, Malí, Marruecos, Islas Marshall, Islas Malvinas, Isla de Man, Mauricio, Micronesia, Mongolia, Nauru, Nepal, Nigeria, Nueva Zelanda, Polinesia Francesa, Puerto Rico, Santa Helena, Santa Lucía, Singapur, Sri Lanka, Suazilandia, Tailandia, Taiwán, Tanzania, Togo, Túnez, Tuvalu, Ucrania, Ciudad del Vaticano, Vietnam, Zambia y Zimbaue.
En estos casos, te serviremos el pedido a través de DHL en un máximo de 5 días laborables. Pero si vives en Aruba, Isla de Navidad o Seychelles, te lo traeremos antes de lo habitual y probablemente en persona.
En castellano e inglés.
Sí, de hecho nuestros accesorios lucen mejor sobre la piel que en una foto.
Muy fácil. En la sección “Ya soy cliente”, haz click en el link “¿Olvidaste tu contraseña?», introduce tu email y recibirás un correo con tu nueva contraseña.
Porque recibirás un email de confirmación en tu bandeja de entrada con todos los detalles de tu compra. Si no es así, mándanos un correo a hello@papiroga.com y averiguaremos lo más rápido posible qué ha pasado.
Podrás eliminarlo sin problemas accediendo a “Mi cesta”. Pero si después de haber confirmado el pedido te echas para atrás, mándanos corriendo un email a hello@papiroga.com y ¡anularemos tu compra! Eso sí, hazlo antes de 1h, ya que si tu pedido ha sido enviado deberás esperar a recibirlo para poder gestionar la devolución.
En papiroga sometemos cada una de nuestras piezas artesanales a un exhaustivo control de calidad, de modo que sólo vendemos accesorios en perfecto estado. Si excepcionalmente recibes un producto defectuoso, podrás devolvérnoslo a través de hello@papiroga.com y te pediremos de todo corazón disculpas.
Mándanos un email a hello@papiroga.com y lo solucionaremos cuanto antes. A partir de aquí, empezará entre nosotros una constructiva dinámica de “has sido tú” / «no, no he sido yo”, hasta altas horas de la madrugada para acabar responsabilizando, como siempre, al becario.