ROMPECABEZAS

La película está construida como si fueran piezas de un rompecabezas que se vuelven a juntar. Todo está hecho de retazos, de sugerencias, de calculadas ausencias, como los silencios entre las notas de una partitura: sin ellos, no habría música. La magia asoma conforme crece el amor de sus protagonistas: desde los estrechos pasillos de sus residencias y el pasadizo de comida rápida hasta la amplitud de la calle bajo la lluvia incesante, los contornos poco a poco se van abriendo hasta expresar con fuerza torrencial el deseo de estar juntos. ¿Y qué decir de sus cónyuges? Serán cuerpos que se desplazan de espaldas, figuras sin rostro que se perderán entre la bruma onírica de los escenarios.