EL FIN

Años después, la hierba ha crecido en el agujero al que el Sr. Chow había confiado su secreto. La memoria allí conservada resultará tan inmutable como las piedras del templo que la custodian. Entre sus recodos, ya solitarios, se desliza la cámara en sus últimos planos. Todo lo que había entonces desapareció, anuncia el epílogo. Nos despedimos con un sabor amargo, de lo que pudo haber sido y no fue. Quizá él careció de la valentía suficiente. O quizá ella entendiera que se trataba de un instante sin importancia. Así que si no lograban concretarlo, la única opción sería marcharse. Sin mirar atrás. Y el resto sería nostalgia. The end.