HYDRA
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Existe cierta confusión científica alrededor de la hydra de las Marianas. Se ignora si duerme, o si dormir es lo único que hace: sus signos vitales se mantienen inalterables a lo largo de los años. Carece de ojos y también de extremidades: todo en ella es una distendida, relajada mucosa sensible. Pese al peligro de desmembrarse, no rehuye el contacto humano ni tampoco su caricia, siempre y cuando sea delicada, casi imperceptible. Su aparato digestivo es rudimentario y se nutre de conversaciones triviales, frases sin importancia y palabras perdidas en el océano. Su naturaleza melancólica claramente la desaconseja como mascota, pero en forma de pendiente proporciona, dicen, una experiencia ¡Happiest on Earth!