Nada por aquí...

Marta Pazos x papiroga

2025
Hay escenarios que cuando cae el telón no se apagan.

Quedan suspendidos en la retina, latiendo como un secreto compartido empecinado en traspasar las puertas del teatro. Así sucede con el universo de Marta Pazos, la directora que pinta las tablas como si de lienzos en llamas se tratara: rosas que incendian ruinas clásicas, verdes que mutan de palacios barrocos a selvas futuristas, azules que ocultan máscaras a cada paso, naranjas que muerden los márgenes del decorado para invitarnos a cruzar al otro lado. Siempre al otro lado.

Hoy abrimos ese cofre cromático y nos lo llevamos a las orejas con cuatro pendientes, con cuatro obras convertidas en joya sin perder su vocación de escena.

Safo nos ofrece la peonía con los amantes eternos.

Orlando despliega una pluma cuya identidad no cesa nunca de transformarse.

El Público erige un laberinto azul de rectángulos superpuestos cuyo nivel custodia un deseo.

La Comedia nos exhorta a derruir con su naranja impetuoso las convenciones burguesas.

Cada pendiente es atrezzo y protagonista, verso y vestuario. Un artefacto escénico concebido para continuar con la función más allá de la platea.

Así que póntelos y deja que la luz de los focos invente nuevas sombras sobre tu piel. Que la palabra se vuelva materia, la materia voz y la voz convoque de nuevo las ruinas inmortales de Mérida, el jardín cambiante de Woolf, el despacho imposible de Lorca, la caja flúor donde todo está aún por escribir. Porque el teatro de Pazos no termina con los aplausos. Se esparce, se funde, se adhiere al ritmo de quien lo habita. Estos pendientes son su bis repetita, una segunda llamada a escena, íntima y portátil, para que la ceremonia del arte siga vibrando contigo.

Plano a plano. Paso a paso. Gesto a gesto.