FUEGO
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-Oso -dijo, frotando el pelaje con el pie, sintiéndose sola de repente. El calor del fuego era excesivo; la alfombra de pelo se había apartado de la chimenea y se la había acercado. ¡Oh, se sentía sola, inconsolablemente sola…! Llevaba años sin sentir contacto humano. (Oso, Cap. XV, p. 111)