Nada por aquí...

FLOTACIÓN

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El iceberg une lo visible y lo invisible. Su identidad no se resume en su apariencia, ni su valor en su visibilidad. Sabemos lo voluminosa que es su parte sumergida. Y, sin embargo, siempre termina por aparecer. Lo que muestra a la vista desaparece. Y lo que permanece oculto se muestra. Cada iceberg juega al juego de las apariencias fugitivas. Su centro vital depende de los movimientos rotativos que hacen pasar los volúmenes sumergidos a la superficie y hundir los otros, de modo que la cara visible y la invisible nunca son las mismas. Ver un iceberg es, pues, ver lo visible y lo invisible alternativamente Nada está inmóvil, aunque todo parezca quieto al ojo que permanece en la superficie.

(Pensar como un iceberg, pp. 209-210)

  • 7,49 g
  • 3,49x9,32 cm
  • Metacrilato y latón con baño hipoalergénico en oro de 18k.
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