Más allá de los fabulosos bailes, un derroche de fantasía floral se despliega en La Bayadère. A veces por su exotismo, otras por su fragancia, una sorpresa aguarda a cada nuevo paso, embriagando escena a escena al espectador. Su presencia adquiere a veces una importancia capital. Como la corona de flores que le entregan a Solor tras la que se oculta una serpiente letal; o la que rechaza Gamzatti, presa del pánico, en el tramo final. O incluso la que presentamos aquí, en forma de Maxi pendientes, en deslumbrante cascada. Aunque eso sí, en este caso, para descubrir qué ocurre, te los deberás probar…