Nada por aquí...

FANTASMA DE MAR

80,00 

Esta especie ha cambiado mucho desde que fue obligada a abandonar la Tierra y a continuar sembrando el terror a 11.000 metros de profundidad, con todas sus dificultades. Como allí abajo la oscuridad es total, los sustos por la espalda pronto dejaron de funcionar; por no hablar de la sábana blanca, que a esas temperaturas tuvo que se reemplazada por una gruesa manta; o el grillete, que restringía sus movimientos. Pero gracias a su capacidad de adaptación, poco a poco sus ejemplares pudieron desplegar su talento inagotable: empezaron por alarmar sobre un supuesto calentamiento de las aguas, para continuar con la presencia de objetos en el fondo marino y finalizar con avistamientos de naves no identificadas con seres humanoides. Qué miedo, ¿no?

  • 7,43 g
  • 4,7x10,7 cm
  • Metacrilato y latón con baño hipoalergénico en oro de 18k.

4 disponibles

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  • Devoluciones fáciles