LUNA ABISAL

Para los pueblos aborígenes del archipiélago de las Marianas, la luna tenía una importancia vital, pues se hacía eco de las noticias que sucedían en las profundidades y las trasladaba de nuevo a la superficie. Las primeras crónicas fueron recibidas con entusiasmo: hablaban de un biodiversidad sorprendente, de criaturas alucinantes como la nuez de mar, el árbol-esponja, las congriperlas o el pulpo de orejas gigantes. Luego llegó la historia de la medusa alienígena y del pez patata, que sorprendió a todos. Después, lo del trillo, el híbrido con cabeza de gallo y voz de grillo, que marcó un punto de inflexión. Pero cuando se descolgó con lo de los peces que nadaban marcha atrás para evitar que les entrara agua en los ojos, ahí ya perdió toda credibilidad…