Sosteniendo una temblorosa antorcha, un joven se adentra hacia las profundidades de una cueva. Se arrastra por sus galerías. Tuerce a la derecha, luego a la izquierda, desemboca en una intrincada gruta en cuyas paredes graban imágenes de animales con fragmentos diminutos de piedra, realizan inscripciones con múltiples líneas. Cruza una mirada antes de enfrentarse a nuevos obstáculos y deslizarse hasta una cámara, cuyos extremos su resplandor no alcanza. Suspendido en la oscuridad, apenas bañado por una pálida isla de luz, ve acercarse de la pared una figura, mitad bisonte, mitad mujer, con estos Mini pendientes…