DEBER

Mi opinión, que sé que va a afligiros, y por esa misma razón debéis creer que no os la doy sin haber reflexionado mucho, es que debéis dejar a Mademoiselle de Volanges en el convento, pues tal es su decisión; que animéis, en lugar de contrariar, el proyecto que parece haber hecho; y que, a la espera de su ejecución, no dudéis en romper el matrimonio que habíais apalabrado.

(Carta CLXXII, Madame de Rosemonde a Madame de Volanges)