PUPILAS

Ya sea bajo el nombre de Potoo, Pájaro bruja o Ave fantasma, ya sobrevuele los bosques de Nicaragua o de Argentina, a esta especie le persigue la leyenda negra. Su canto, semejante a un lamento humano, es casi tan escalofriante como sus pupilas, envueltas en unos descomunales ojos brillantes que infunden un sentimiento de inevitable pánico en el incauto que los contempla. Sus hábitos no ayudan: adora el silencio y la soledad. Durante el día permanece camuflado entre las ramas gracias a su plumaje, inmóvil como una estaca y con los párpados cerrados salvo por una fina ranura. Pero es con la llegada del anochecer, y en forma de Mini pendiente, cuando alimenta su terrorífica su fama. Uuuuu…