Nada por aquí...

DIAMANTES

70,00 

El marino teme no encontrar icebergs en su trayectoria. Pasa las noches más desvelado que de ordinario. Ya casi no duerme. Divisa a lo lejos bandadas de “alondras del Cabo” revoloteando y supone que está a punto de entrar en una zona costera de hielos. Se equivoca y acierta a rodear varios témpanos a la deriva. No puede por menos que escribir: “Ver un buen rato un iceberg iluminado por el sol. Seguramente la cosa más bella que pueda contemplar un marino, un diamante de mil tonalidades posado sobre el mar, destellando el sol de las altas latitudes. Creo que me bastaría para el resto de mi vida”.

(Pensar como un iceberg, p. 42)

  • 4,29 g
  • 1,6x6 cm
  • Metacrilato y latón con baño hipoalergénico en oro de 18k.

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